miércoles, 29 de febrero de 2012

El retratista de los bares más populares

Fuente: La Tercera

La Piojera está ubicada en el 1030 de la calle Aillavilú, justo frente al Mercado Central, pero también en otras varias direcciones de la capital. Gracias a las manos de Waldo Cabrera, un artesano que crea pequeños retablos que replican distintas fachadas de los bares más populares de Santiago, el de La Piojera cuelga de las paredes de varias casas, porque es el más vendido.

Cabrera también transforma en miniaturas otros conocidos bares y restaurantes "guachacas" de la ciudad, como Las Pipas, Quitapenas, Las Tejas, Pancho Causeo y El Rincón de los Canallas. En el taller que tiene en su casa de Lo Espejo, estos lugares se reducen y alcanzan apenas 22 cm de alto y 15 de ancho.


Pese a que no son exactamente iguales a las originales (asegura que hacerlas idénticas tomaría más tiempo y su precio se elevaría), cada una de sus obras luce el nombre y las preparaciones que los han hecho famosos. "Causeo de patitas", reza el cartel pintado en el retablo del Quitapenas, y el del Rincón de los Canallas tienta a los parroquianos con "El Atentado", "El Terrorista" y "El Vietnamita", que son sus platos más demandados. "Es una forma de rescatar estos bare s tan concurridos y queridos", explica su creador.

Su trabajo comenzó a fines de los 80, cuando fue despedido del taller de retablos donde trabajaba, en Maipú. Decidió hacer los propios y partió fabricando fachadas en miniatura de casas que veía en revistas. En una oportunidad hizo una de La Piojera, donde él acostumbraba a pedir pernil y terremoto. Tanto les gustó a los clientes que pasaban por el puesto que tenía frente a la Facultad de Derecho de la U. de Chile, que le pidieron hacer también fachadas de otras picadas de la capital.

"Lo que más le gusta a la gente son los detalles y los colores, que son los que se usaban antes, como el rojo colonial y el amarillo ocre. Además, se acuerdan de las historias y las anécdotas que han vivido en estos lugres. ¿Qué santiaguino no ha estado en La Piojera?", pregunta.

En la creación de los retablos, a Waldo le ayudan su señora y sus hijos. Es un trabajo en serie y cada uno realiza una tarea específica. Cabrera, por ejemplo, se encarga de la obra gruesa y de terminar los detalles. Juntos hacen cerca de 30 al día. En su fabricación utilizan adobe, pasta muro, pintura y maderas como roble y raulí, las que compra en barracas.

Hoy su principal vitrina es el local que abrió el año pasado, en el galpón 4 del persa Víctor Manuel, en el barrio Franklin. Ahí, cada uno de los retablos cuesta $ 5.000. También se comercializan en locales de artesanía del Patio Bellavista y el cerro San Cristóbal, pero a mayor precio.

En su taller, Cabrera tiene guardados los retablos de casas del barrio Yungay y Dieciocho que ya no existen. Algunos los hizo a pedido y otros porque sí, luego de dar un paseo por esos sectores. Estos son más grandes tienen más detalles y pueden costar hasta $ 60.000.

1 comentario:

  1. Hola, estaba intentando contactarme con ustedes por correo, pero no he tenido respuesta :(
    Ojalá puedan escribirme, mi mail es macarena.perez@kekanto.com

    Gracias!!!

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